La crisis echa una mano a la DGT

* Las cifras de muertos en España durante 2009 fueron las mejores desde 1964
* Pero también los españoles usamos menos el coche y recortamos los viajes
* Segun un estudio, por cada 1% que sube el paro, la siniestralidad baja un 1,4%

Si la estrategia de seguridad vial pasa por sacar a los malos conductores de la carretera para reducir los accidentes, ahora, una crisis que no estaba en el guión, ha dejado en el arcén a muchos más.

Según un estudio realizado por la Universidad de Oxford, en Europa, el paro aumenta los suicidios y asesinatos, pero reduce los accidentes de tráficos. Concretamente, la relación que menciona el estudio es de 1,39% de reducción por cada punto que aumenta el paro.

El estudio no cuadra al 100% con la realidad española, pero se le parece bastante. El año 2009 fue el más bajo de los últimos 45 años en número de víctimas mortales en accidentes de tráfico. Los conductores fueron sin duda más respetuosos con las normas y estuvieron más vigilados por radares y controles de alcoholemia, pero la tasa de desempleo se disparó del 14% al 18,8% de la población activa, dejando a 1,22 millones de hogares con todos sus miembros en paro.

De acuerdo con el estudio británico, sólo estos últimos datos sería responsables del 6,7% de reducción de los accidentes de tráfico que realmente, durante el año pasado, si nos referimos a los mortales únicamente, disminuyeron un 12,1%.

Esto induce a pensar que las acciones de tráfico influyeron sólo en la mitad de ese descenso y que la realidad es que hay menos coches en las calles y carreteras.

Los españoles han reducido sensiblemente el uso del coche y se lo piensan mucho antes de llenar el depósito. El consumo de combustibles de automoción, reflejaba hasta noviembre una caída del 5,4%, según datos del Ministerio de Industria. Un nuevo retroceso tras el de 2008, cuando el consumo de gasolina bajó un 4,6% y el de diésel, que es el que emplea la mayor parte del parque español, un 3,7%.

Aunque una parte de esta caída pueda deberse a que los conductores han levantado el pie del acelerador y consumen menos, lo cierto es que hay menos coches en la carretera, donde fallecen ocho de cada 10 víctimas de accidentes de tráfico.

Hasta octubre de este año, el volumen de tráfico registrado por el Ministerio de Fomento en las autopistas (libres y de peaje) y túneles del Estado durante 2009 ofrece cifras inferiores a las que existían en 2000.

Según sus mediciones, la media diaria en 2009 era de 20.500 vehículos, un nivel que se había superado ampliamente en los últimos nueve años. Además, el dato del sector del transporte profesional señala también una fuerte caída, superior al 10%, en el tráfico de camiones y autobuses.

Los ayuntamientos también han notado un uso menor del coche en las ciudades, aunque no sean capaces de cuantificarlo de una manera clara. Sí lo hacen en cambio las aseguradoras. Unespa, su asociación, señaló la semana pasada que en 2009, los golpes de chapa y pintura -un tipo de siniestro leve típico de las ciudades- se redujeron un 1,4%.

En su primer balance anual, la patronal del seguro -que agrupa entidades que cubren a 27 millones de vehículos- calculó que la crisis ha reducido un 8% el uso del coche en España. Sin embargo, no parece que esta situación de menor conflictividad vaya a traducirse en primas más baratas.

En el otro lado, la DGT es contraria a esta tesis de que menos coches circulando significan menos accidentes, señalando que la preocupación por el paro o el pago de la hipoteca estresan a los conductores y los distraen de la conducción dando lugar a muchos más siniestros.

(ElMundo.es. 2 de marzo de 2010)